El final del verano ha llegado y aunque tenemos un otoño caluroso en este 2016, a mi como administrador de fincas, me gustaría hacer un análisis de lo que ha estado bien en nuestras comunidades, y qué debemos mejorar con respecto a la temporada del verano del 2017.
Como es habitual en las piscinas comunitarias, se establecen unas normas al comienzo de la temporada, se convocan reuniones, se establece quien será el encargado de la piscina, qué puede y qué no puede hacerse, se pega en los tablones el decálogo de normas de convivencia, y de utilización del servicio de piscina, etc. Una comunidad no se puede comparar con ninguna otra.
Hay piscinas de comunidades muy tranquilas donde la afluencia de público es escasa, en ocasiones por la fea costumbre que tenemos de trabajar y el horario se convierte en incompatible con el de apertura de la piscina, porque las familias son unipersonales y no están en casa, o no tienen niños, o simplemente porque no les gusta el tema piscineo.
Esta situación varía en las comunidades que tienen un gran índice de población infantil, Rodrigo invita a Javi, y Javi pregunta si pueden venir también los trillizos, y eso es en una sola vivienda, si esto lo multiplicamos por 20 viviendas para una piscina normal de comunidad no tan grande, (cuando sus dimensiones no sobrepasan los cien metros cuadrados de lámina de agua), empiezan a surgir las quejas, los reproches y las reclamaciones.
Pero, ¿quién puede quitarle esa opción-ilusión a un niño en verano?, tenemos al vecino que no quiere que se bañen a la hora de la siesta, tenemos otro vecino que restringe la invitación a un niño, a la persona de la opinión de que a partir de una hora debe silenciarse cualquier ruido sin excepción, etc. …
Cuestión aparte es el apartado “mantenimiento de la piscina”, al ser contratadas, cumplen escrupulosamente con el horario que se acordó, desalojando literalmente el recinto, con la excusa-motivo de añadir los líquidos de mantenimiento del agua, precisamente en el momento en que un vecino que trabaja hasta tarde, acaba de llegar a refrescarse un momento antes de ducharse y prepararse para la cena y el descanso nocturno, aunque el sol todavía esté muy alto sobre el horizonte y haga calor más que suficiente para continuar con el baño.
Normalmente estas situaciones se resuelven fácilmente, ya que si el baño es corto, normalmente el socorrista suele ser flexible en este aspecto, aunque también hay que tener en cuenta que son asalariados y tienen un horario que cumplir por contrato, y trabajar fuera del horario contratado, puede incluso hacer incurrir al trabajador (o a la empresa), en un incumplimiento contractual.
El submundo socorrista, dentro del mundo piscina, de momento, y a espera de una nueva reglamentación técnica que lo regule, no es necesario si las dimensiones de la piscina no superan los 100 metros cuadrados de superficie de lámina de agua.
No vamos a entrar a analizar el gran número de problemas que pueden dar las piscinas durante su periodo de utilización, rotura del motor de la depuradora, fugas, deterioro del agua por culpa de tormentas, etc. a los que hay que hacer frente según se vayan produciendo.
El asunto “piscina”, en una comunidad es un aspecto más de la propia comunidad, y como todos ellos, cargados de polémica en cuanto la comunidad se componga de más de un propietario (una comunidad de un propietario no es una comunidad). ¿Cómo se resuelven todos los problemas que rodean a la piscina?
Pues como el resto de asuntos de la comunidad, unas veces con ingenio, otras con humor, con generosidad, y algunas….. con un largo debate en el que se dicen muchas cosas y no se acuerda nada, sino continuar como hasta ahora se estaba haciendo. Durante este verano, no ha habido en mis comunidades, grandes problemas, una fuga, un olvido de apertura por haberse dormido el socorrista (la mezcla juventud y ferias….., suele llevar a este tipo de resultados que no pasan de la categoría de anécdota), un olvido de cerrar la llave de rellenado de nivel, la celebración de algún cumpleaños en la playa de la piscina, etc.
Ninguna de ellas ha supuesto grave problema, y todos se han resuelto mediante el apoyo de los propios vecinos y alguna llamada telefónica. Como anécdota destacable, y un ejemplo de generosidad, un vecino ha mostrado su buena disposición en enseñar a nadar a los menores, sin ningún tipo de interés económico, simplemente porque fue monitor en su día y ahora, jubilado, muestra su buena disposición y colaboración sin límites.
Todos estos asuntos no son nuevos, y están en el mundo desde que se comenzaron a construir piscinas comunitarias, y continuará hasta que la tecnología sea capaz de convertir los baños en virtuales, pero eso…. Es otra historia, Ahora solo nos queda preparar nuestras piscinas para el invierno, y esperar a que baje la temperatura, para añadir los líquidos de invernaje e instalar los cobertores, y poner a punto el periodo de calefacción, y el año que viene…… volveremos a reunirnos antes del inicio del periodo de la piscina, volveremos a poner un horario que a los dos días de apertura será aconsejable cambiar, a volver a poner en los tablones y en el acceso de la piscina los carteles con medidas de seguridad, etc, volverán los ruidos, las anécdotas, las quejas y en definitiva ….. el disfrute de un servicio más que la comunidad nos ofrece, y es que con un poco de buen humor y flexibilidad, podemos ser muy felices en nuestra comunidad.